Sinopsis
La luz está omnipresente en todas las páginas del poemario «Notas para no esconder la luz«, pero en realidad lo que está presente es la consternación del poeta frente a los juegos contradictorios en que esta lo sume.
El libro es una “road movie” a lo largo de una jornada. Los lugares que atraviesa son desiertos del alma, moteles de pernocta rápida, tabernas de miedos y anhelos y puentes, sobre todo, puentes de la oscuridad hacia el volumen de las cosas. Hay una búsqueda, pero no explícita. La luz se impone y, a su vez, es el hilo conductor del libro. La luz incierta del alba que da contorno a las cosas, hasta ese momento, oscuras. La luz externa y, sobre todo la que vive dentro del ser humano, que es la que más interesa y, al mismo tiempo, más temor causa a Faustino Lobato. (Del prólogo de Santiago Méndez)
El autor
Nace en Almendralejo (Badajoz). Con dieciocho años comienza sus estudios superiores en Badajoz. A los veinticinco se fue a estudiar a la UCL (Université Catolique de Louvain-la-Neuve) Teología y Antropología. En Bélgica, a través Monsieur Houtard (catedrático de Sociología), toma contacto con grupos próximos a la Teología de la Liberación. Durante su estancia lovaniense forma parte de un círculo de escritores cercanos a Kristien Hemmerechts (escritora y profesora en la KUL). Vuelve a Badajoz, al final de los años ochenta, donde mantiene una actividad social intensa con el mundo gitano alternándola con la docencia universitaria. En el año dos mil inicia la docencia no universitaria impartiendo clases de filosofía en Secundaria y Bachillerato. En el nuevo milenio, entra a formar parte del grupo de escritores emeritenses “Gallos Quiebran Albores”. En 2010 funda con escritores pacenses la Tertulia, Página 72 en Badajoz. Pertenece a la Asociación de Escritores de Extremadura.