La mirada, la escucha y la imaginación son cuna de muchos relatos. Cuando se mira morosamente un lugar, se escucha una conversación o se contempla un hecho que atrae la atención del narrador, la imaginación se pone a volar e inventa una historia en aquel escenario o situación que se le ofrece. Después, la escritura, como río que arrastra y lleva, conduce a articular una historia diferente, que se cierra redonda como un cuento o sigue en marcha como un relato abierto y cortado como un hachazo, al estilo de Joyce. Julia Sáez Angulo es la autora de esta colección de cuentos dedicados a amigos.
Anterior
Cartas cruzadas
Siguiente